Cristina Mouriño/ Redacción / Fotografías: Pablo Eguizábal. Madrid
El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Fernández-Lasquetty, ha clausurado la VII Jornada Internacional sobre Investigación Traslacional y Medicina Personalizada que se ha celebrado en la Fundación Jiménez Díaz con la colaboración del Instituto Roche. Fernández-Lasquetty ha destacado que “la medicina personalizada es un área estratégica y crucial para los centros sanitarios”. “Debemos reconocer -ha continuado- los valores de una práctica personalizada y predictiva que suponen un importante cambio en el abordaje de la medicina”.
Jaime del Barrio, director general del Instituto Roche; Carmen Ayuso, directora científica del Instituto de Investigación Sanitaria de la Fundación Jiménez Díaz; Javier Fernández-Lasquetty, consejero de Sanidad; Bruno Dubois, profesor del Hospital de la Salpêtrière de la Universidad Pierre et Marie Curie de París; y Juan Antonio Álvaro de la Parra, gerente de la Fundación Jiménez Díaz.
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La Fundación Jiménez Díaz “no es solo uno de los grandes centros de máximo nivel asistencial, sino también de investigación y docencia”, ha señalado el consejero. “Estas jornadas se están convirtiendo, ha explicado, en un lugar de encuentro para presentar los últimos avances en investigación traslacional y con ellas la Fundación da muestra de que es fiel a su vocación y tradición investigadora y docente”.
Estas jornadas contribuyen, según el consejero, “a una mejor actualización de los profesionales dan una mayor visibilidad al conocimiento”. “La investigación traslacional centrada en el paciente requiere de la participación de todos los agentes: instituciones sanitarias, universidades y la industria”, ha subrayado. “De lo que se trata es de sumar recursos para la investigación e intensificar las relaciones entre estos agentes”.
Retos y logros obtenidos en la investigación clínica de la enfermedad de Alzheimer
Una de las sesiones abordó los retos y logros obtenidos en la investigación clínica de la enfermedad de Alzheimer, subrayando tanto las claves que determinan el desarrollo de nuevos y más eficaces fármacos como los beneficios que aportan las nuevas técnicas de imagen y la identificación de biomarcadores, capaces de orientar sobre la respuesta a un tratamiento o de predecir la evolución clínica de un paciente.
En la conferencia magistral, el profesor Bruno Dubois, del Hôpital de la Salpêtrière de la
Université Pierre et Marie Curie (Paris), ha insistido sobre los nuevos criterios diagnósticos propuestos para la enfermedad de Alzheimer. “Debemos adoptar un nuevo algoritmo diagnóstico, así como un marco conceptual distinto, para la enfermedad de Alzheimer (EA)”, propone.
En su opinión, “esta enfermedad debe ser considerada como un continuo, desde los estadios preclínicos hasta la aparición de la demencia tipo Alzheimer: es una entidad clínica y sintomática única que abarca tanto las fases de predemencia como las de demencia”. Con todo, matiza, “aparte del fenotipo clínico típico, con una presentación amnésica, ahora sabemos que hay subtipos fenotípicos atípicos, entre los que se incluyen las afasias logopédicas y la ralentización del lenguaje, la atrofia cortical posterior y la variante frontal de la EA”.
Desde el punto de vista diagnóstico, este especialista argumenta la necesidad de “pasar del concepto clásico, en el que esta enfermedad se concibe como una entidad clínicopatológica dual, a diagnosticarla como una entidad clínico-biológica”; para Dubois, “esta variación se debe a que ahora puede certificarse el diagnóstico in vivo en base a la presencia de ciertos biomarcadores patológicos”. Y es que, como criterios básicos y nuevos que propone para diagnosticar la EA, señala dos: la evidencia de un síndrome amnésico del tipo hipocampal (caracterizado por un muy pobre recuerdo libre que no es normalizado) y la presencia de biomarcadores patológicos de EA.
Partiendo de este cambio de concepto, el especialista galo cree que será más fácil diagnosticar precozmente la enfermedad y, por lo tanto, optimizar su tratamiento. Además, Dubois manifiesta su “optimismo” en el tratamiento futuro de esta enfermedad, marcado por el empleo de fármacos dirigidos más específicamente a dianas patológicas; en concreto, se siente especialmente ilusionado con las denominadas inmunoterapias pasivas, “que han demostrado reducir el aclaramiento de beta amiloide (son anticuerpos específicos que pueden unirse al beta amiloide y promover su liberación del sistema nervioso central)”.
Perspectiva terapéutica
También desde la perspectiva terapéutica hay buenas noticias. Para José Luis Molinuevo, del Servicio de Neurología del Hospital Clínic de Barcelona, “hay mucho margen de mejora en el desarrollo de nuevos medicamentos en enfermedad de Alzheimer”. Para tener éxito en el tratamiento de la enfermedad, expone Molinuevo, “no sólo debemos contar con fármacos que actúen biológicamente sobre la enfermedad y sobre las proteínas diana, sino que también debemos conocer bien la fisiopatología de la enfermedad y su desarrollo cronológico”.
Este último aspecto resulta clave, “puesto que sabemos que 10-15 años antes de manifestarse clínicamente, ya existen signos evidentes del desarrollo de la enfermedad (pérdida progresiva de memoria,…); y es en esos momentos iniciales en los que los fármacos pueden ofrecer los mejores resultados”, sentencia Molinuevo. En su opinión, “resulta escasamente útil administrar fármacos modificadores del curso de la EA cuando ésta ya está presente como una demencia establecida”. En cuanto a las posibilidades reales que pueden aportar los estudios genéticos en este campo, asegura que “gracias a ellos posiblemente podamos saber antes de iniciar un tratamiento qué paciente va a responder mejor o peor a la terapia, lo cual ya supone un avance especialmente importante”.
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